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EMEEQUIS.– Una parte de la seguridad de las costas, la soberanía nacional y el mantenimiento del Estado de derecho reposa en Patrullas Interceptoras (PI’s) obsoletas y lentas a cargo de elementos de la Secretaría de Marina (Semar).
La vida útil de las Patrullas Interceptoras es de 10 años, pero las que la Marina opera en distintas costas del país tiene entre 15 y 22 años de que fueron adquiridas, revela un estudio de la Marina en poder de EMEEQUIS.
Las Patrullas Interceptoras tienen asignadas –por el Alto Mando (sic)– las tareas de ejercer la soberanía en aguas territoriales; la vigilancia las cosas del territorio, vías navegables e islas nacionales; el servicio de la Guardia Costera; combatir al narcotráfico y a la delincuencia organizada en las aguas de la jurisdicción; proteger instalaciones y servicios estratégicos del país ubicados en las costas del territorio (como plataformas marítimas); y combatir los actos ilícitos en contra de la navegación marítima (ataques de piratas modernos).
En la ficha técnica de Marina se hace énfasis en la necesidad de renovar las patrullas interceptoras.
Pero estas acciones la hace la Semar con equipos que ya no responden a las necesidades de disuasión, vigilancia, control y protección en las Zonas Marítimas Mexicanas.
“Actualmente las Patrullas Interceptoras están por encima de sus años de vida útil, se ven obsoletas en sus servicios para los cuales fueron adquiridas y por lo tanto dejan de ser óptimas las funciones que realizan. Al ser unidades obsoletas dejan de realizar operaciones a gran velocidad, y por lo tanto se ven mermado el mantenimiento del Estado de derecho y la salvaguarda de la vida en la mar”, reconoce la Secretaría de Marina.
Hoy en día estas Patrullas Interceptoras no podrían alcanzar en una persecución a algunas embarcaciones rápidas utilizadas por narcotraficantes y delincuencia organizada, es decir, pueden navegar hacia la impunidad.
La situación pinta así, de acuerdo con la ficha técnica de la Marina: “Actualmente la Institución cuenta con 72 Patrullas Interceptoras de alta velocidad, idóneas para efectuar operaciones de persecución e intercepción de embarcaciones sospechosas de practicar actividades ilícitas en la mar.
“Las 72 interceptoras causaron alta en el servicio de la Armada de México en diferentes años, abarcando los años del 2000 al 2015, para mayor información se muestra el “Anexo II”, donde se detalla, nombre, años de servicio y adscripción donde se ubica”.
Y aquí el problema central: “De las 72 PI’s, 69 tienen más de 10 años de antigüedad y por lo tanto son Patrullas interceptoras con Motores Propulsores obsoletos, dentro de estas 69 PI’s que ya cumplieron su vida útil se encuentran las 24 Patrullas que se citan en este Proyecto de Programa de Inversión”.
Una de las patrullas interceptoras de la marina. Foto: Semar.
INTERCEPTAR CON LENTITUD
La poca velocidad es un factor clave. “(…) los motores cumplieron su tiempo de vida y se ha mantenido una tendencia de fallas que aún siendo reparadas, la velocidad ha ido decayendo (actualmente 24 patrullas están por debajo de los 35 nudos –65 km7h–) lo que repercute inversamente proporcional al área a cubrir por cada interceptora en su mando asignada y, al no ser cubierta el área correspondiente existe mayor probabilidad de que los infractores de la ley no sean detectados y mucho menos interceptados”, admite la Armada de México.
Las 24 Patrullas Interceptoras tienen motores Sirius, Canopus, Vega, Rigel, Achernar, Capella, Canopus, Ankaa, Bellatrix, Avior, los cuales fueron adquiridos en el año 2000, y actualmente están asignadas a los mandos en Coatzacoalcos, Mazatlán, Yucalpeten, Ensenada, Chetumal, entre otras regiones costeras.
La obsolescencia de los motores en las Patrullas Interceptoras, pone en riesgo la seguridad de los marinos, además de que genera un uso extra de combustible.
“Al no proporcionar (los motores propulsores) la velocidad mínima requerida a las Patrullas Interceptoras se tiene que emplear mayor tiempo para alcanzar el área demandada, por lo anterior al emplear más tiempo de operación, da como consecuencia mayor consumo de combustible, mayor desgaste de la Interceptora en su totalidad y mayor desgaste al personal y por ende mayor empleo de recursos para el cumplimiento del servicio demandado”, expone.
La Armada de México acepta que se están dando fallas recurrentes que provocan mantenimientos imprevistos, que a su vez dan como consecuencia altos costos de reparación, ya que se adquieren refacciones no programadas y se emplea personal para la reparación, así como el empleo de otras patrullas para suplir las actividades recomendadas a las entran a reparación, es decir, apoyan en área marítima, pero descuidan otra.
El grado de disminución de velocidad de las unidades interceptoras no cumple con los estándares de calidad para los cuales fueron diseñadas, disminuyendo su nivel de eficacia a la hora de efectuar intercepciones de blancos que van a gran velocidad, lo que resta poder naval.
También se ven limitadas las misiones secundarias de la Marina: operaciones de búsqueda y rescate; transporte (material y personal); reconocimiento y vigilancia; seguridad y escolta; evacuación médica; evacuación de bajas; y otras que puedan surgir.
A estas se le suman nuevas misiones asignadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, como las Capitanías de Puerto, Aduanas marítimas y funciones de apoyo Conapesca, Semarnat e instalaciones estratégicas.
“De la flota total de patrullas interceptoras solo el 25% mantiene velocidad por encima de los 40 nudos y el 75% por debajo de este rango, por lo anterior es imperativo que se efectúe la modernización a estas unidades”, reconoce.
Mientras tanto, la capacidad operativa de la Armada de México está limitada para la vigilancia de las costas y litorales mexicanos, la defensa de la seguridad exterior y la seguridad interior, así como para salvaguardar la vida humana en el mar, y la delincuencia puede navegar a gran velocidad para alcanzar la impunidad.
EMEEQUIS buscó a la Unidad de Comunicación Social de la Secretaría de Marina para que emitiera una postura sobre la obsolescencia de los motores de las patrullas interceptoras, y por qué tardaron cuatro años en solicitar la modernización y sustitución de los motores. Al cierre del reportaje, la Armada de México no respondió a la solicitud de información.
@Alatriste_III
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