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Morena, en vía de ser partido de Estado, pero con riesgo de ruptura en 2024

Morena construye un partido de Estado, pero nada le augura unidad en 2024, coinciden los analistas José Antonio Crespo y Víctor Alarcón. “Si Marcelo es el candidato, no creo que Claudia se salga. Pero si es Claudia, sí hay muchas posibilidades de que Marcelo se vaya de Morena”, advierte el primero. Movimiento Ciudadano esperaría esa definición.

6 / 09 / 22

EMEEQUIS.– Los límites entre Morena y el gobierno obradorista se desdibujaron entre el arranque de la campaña para el proceso de consulta de Revocación de Mandato, en febrero, y la jornada electoral del 5 de junio.

La normalización de la violaciones a la normatividad electoral, las violaciones   de las vedas electorales, el volcamiento de funcionarios federales en la promoción de ambos procesos, el aparente empate entre promotores de programas sociales –Siervos de la Nación– con la estructura electoral morenista, entre otros elementos que confluyeron en dichos procesos, parecen apuntar a la construcción de un partido oficial, un partido de Estado.

Pero ¿en realidad es así?

José Antonio Crespo, doctor en historia por el Colegio de México e investigador del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), considera que a pesar de los esfuerzos del obradorismo por lograr ese objetivo, no pueden aún conseguirlo, ni tienen la posibilidad de construirlo en automático:

“Pueden tener algún logro, porque lo hacen borrando la frontera de partido y gobierno, que es eso una de las características también del partido hegemónico, que hay fusión entre gobierno y partido. Ellos lo están haciendo, no pueden hacerlo todavía en el mismo nivel que lo hacía el PRI, pero quisieran, van poco a poco, queriendo borrar esa frontera. Lo están buscando, a ver hasta dónde llegan”.

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Víctor Alarcón Olguín, doctor en ciencias sociales con especialidad en procesos políticos por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y maestro en gobierno por la Universidad de Notre Dame, también ve que los pasos de Morena y del obradorismo van en ese sentido:

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“Cada vez más, muchos de los elementos son muy cercanos. (…) Estos golpes de mano en los procesos electorales dan una idea clara de que se han venido eliminando muchas de las restricciones por la vía de los hechos, hay una clara contradicción: discursivamente se elevó a garantía constitucional el desvío de recursos públicos asociado a los procesos electorales, pero el cumplimiento y las condiciones (…) para que las autoridades electorales emitan sanciones ejemplares, como el desafuero o la separación de funcionarios por el uso indebido de recursos públicos, dista mucho de ocurrir en la realidad”.

Crespo coincide: “Se están cometiendo delitos electorales, que en virtud de este gobierno se convirtieron en delitos graves, (…) penados con cárcel, incluso con prisión preventiva. Pero resulta que quien está encargado de la Fiscalía Electoral, pues está manejada por un obradorista, y entonces pues no les va a aplicar la ley a sus correligionarios”.

José Antonio Crespo y Víctor Alarcón analizan para los lectores de EMEEQUIS, en entrevistas por separado, los saldos de la elección del domingo 5 de junio, en la perspectiva de la sucesión presidencial de 2024, y coinciden en que, a pesar de los esfuerzos antes descritos, el obradorismo tiene la aduana del proceso sucesorio, en el que difícilmente podrá eludir las rupturas.

“Nada garantiza que no haya rupturas. Si Marcelo es el candidato, no creo que Claudia se salga. Pero si es Claudia, sí hay muchas posibilidades de que Marcelo se vaya de Morena. Lo que sí es casi seguro es que Monreal se vaya, pero no creo que sea candidato a la presidencia, sino a jefe de Gobierno de la Ciudad de México”, advierte Crespo.

Alarcón indica al respecto que las grietas ya son visibles: “Me parece muy clara esta fragmentación que ya se está dando entre la postura del secretario de Gobernación (Adán Augusto López) y a la jefa de Gobierno (Claudia Sheinbaum), que están jugando pues cada vez más de manera conjunta, versus las acciones o todavía aspiraciones que representa el grupo asociado ya sea con Marcelo Ebrard o incluso con Ricardo Monreal”.

LOS SALDOS DE LA ELECCIÓN

En la elección del domingo 5 de junio Morena ganó cuatro de seis gubernaturas y cantó su victoria con pronósticos de desaparición para los partidos opositores. No es para menos, con esas cifras, el obradorismo llega a 22 gubernaturas, 20 con candidatos de Morena y dos candidatos de partidos aliados.

“Para el oficialismo es un avance muy significativo en su estrategia de implantación y consolidación como una verdadera fuerza partidista y política de alcance nacional”, dice Víctor Alarcón.

Para Alarcón, es un hecho complementario al elemento cohesionador de las fuerzas que van confluyendo en Morena, que es AMLO:

“Contar con una figura que hasta ahora ha sido muy eficiente para cohesionar a toda esta clase política emergente, o que se está reacomodando en la medida en que sigue observando que Morena sigue alimentándose del transfuguismo, del PRD y del PRI, que está dándose esta mimetización, este trasvase de fuerzas locales que hasta hace poco tiempo se hallaban identificadas con la izquierda o o con una visión aparentemente un poco más progresista, de orden más social, organizaciones de diverso tipo, que están tratando de encontrar este acomodo con esta estructura gubernamental que está reciclando y que está reacomodando a muchos de estos liderazgos locales que observan que su ciclo estaba ya muy comprometido”.

Destaca que “esa separación de fuerzas locales va dejando lo que yo llamo un bipartidismo asimétrico. Nos está regresando a una condición donde hay un partido muy empoderado, partido hegemónico, que tiene condiciones de predominancia dentro de la dinámica competitiva”.

Por su parte, José Antonio Crespo pondera: “Morena ganó desde luego cuatro nuevos estados con lo cual incrementa su presencia territorial de manera importante porque gana un 60% de los espacios que estaban en juego. Los otros partidos pierden, porque los cuatro estados estaban en sus manos”. 

Y señala: “Claro, tener más estados incrementa la probabilidad de ganar la elección presidencial de 2024 porque los gobernadores pues usan recursos públicos, usan el aparato, tienen redes clientelares que evidentemente manipulan para que la gente vote por su partido. Todo eso obviamente puede contribuir al triunfo de Morena, pero no lo garantiza”. 

Ebrard en la Cumbre de las Américas, tras ausencia de AMLO. Foto: Cuartoscuro.com.

SHEINBAUM, LA OTRA GRAN PERDEDORA DEL PROCESO

El proceso de sucesión al interior de Morena ya estuvo presente en el proceso electoral que culminó el domingo. 

Es esa lógican se inscriben, dice Víctor Alarcón, las giras que Claudia Sheinbaum, de la mano de Adán Augusto López, secretario de gobernación: “Lo que han hecho es precisamente generar una presencia muy activa en las campañas de gobernador, sobre todo en este proceso que acaba de terminar, pues fue notorio ese activismo, que junto con el secretario de Gobernación, realizaron en ya en el límite de la violación las reglas electorales”.

Explica que la idea es “visualizarse, promoverse   e ir tratando de armar alianzas con estos mismos gobernadores, con los cuales seguramente su nexo y el potencial apoyo que pudieran obtener de parte de los mismos en cualquiera de las modalidades en que se haga la toma de decisión, pueda influir en la toma de decisión, es parte de esa disputa que ya estamos observando”.

Claudia Sheinbaum tenía el encargo de sacar la elección de Aguascalientes. Foto: Cuartoscuro.com.

En ese contexto, para José Antonio Crespo, Claudia fue la otra gran perdedora de la elección: “El domingo fue un golpe para Claudia, otro, porque le encargaron Aguascalientes, era una tarea difícil porque en Aguascalientes hay mucho panista, hay poca gente del PRI y de Morena, no hay una tradición de izquierda, y es un estado bastante conservador, entonces la tarea de ganar ahí que le encomendaron a Claudia, que llevó recursos todo lo que haya sido, no lo logró.

“Incluso el PAN volvió a ganar pero ya con un margen muy amplio. Entonces ni siquiera se acercó, entonces políticamente pues eso es una derrota, hubiera sido un triunfo importante para ella haber ganado Aguascalientes, pero no lo logró, entonces, pues ahí hay un punto menos, lo cual no quiere decir que no vaya a ser la candidata, porque los criterios para definirla como candidata son otros más importantes”.

Sobre Morena, dice Crespo: “No es todavía partido hegemónico, quisiera serlo, está haciendo lo posible para serlo”. Foto: Especial.

MORENA – GOBIERNO

Una pregunta que flota en el ambiente es cuál es el trayecto de Morena y la ruta por la que avanza, en especial después de una expansión tan acelerada y extendida, pero sobre todo tomando en cuenta la manera en que lo hizo: con violaciones sistemáticas a la legislación electoral y con una ostensible intervención del gobierno federal. ¿Es algo semejante a un partido de Estado, un “partido oficial”, un partido hegemónico?

–¿Hacia dónde está apuntando?

–Bueno, para que sea hegemónico –explica José Antonio Crespo– le faltan muchas cosas: le faltaría el control de las elecciones, le faltaría tener mayoría calificada en el Congreso, si no puedes cambiar la Constitución, pues no es hegemónico. Si no tienes el control de los órganos electorales, pues te pueden ganar y no puedes cambiar el resultado. Los partidos hegemónicos, una de sus peculiaridades es que tiene el control de la organización electoral y pueden revertir resultados que no les son favorables, eso todavía no lo tiene Morena. La Corte mantiene una cierta autonomía, a veces le da por su lado al presidente, pero en otras rechaza. No es todavía partido hegemónico, quisiera serlo, está haciendo lo posible para serlo, poco a poco, en distintos terrenos, pero no lo es, sí muchos le detectamos la intención de llegar a ser hegemónico, pero no lo tiene garantizado.

Como Crespo, Víctor Alarcón observa también una serie de elementos que registran esa construcción:

“Cada vez más, muchos de los elementos son muy cercanos a ello, ya vemos ciertos grados de intolerancia, ciertos grados de cuestionamiento a las opiniones críticas, pero pues hasta ahora el presidente ha jugado con esa narrativa discursiva de que se asume la diferencia, de que asume la pluralidad, cosa que el mismo régimen hace 40 o 50 años pues tenía esa misma retórica”. 

Alarcón también incluye entre estos elementos la intervención gubernamental en los proceso electorales, “como la abierta participación de funcionarios públicos en las campañas electorales, a pesar de que se diga que se hace en horas no laborables, que protestaron ejercer un cargo siete por siete los 365 días del año. (…)”.  

“Estos golpes de mano en los procesos electorales –enfatiza– dan una idea clara de que se han venido eliminando muchas de las restricciones por la vía de los hechos. Si nos da una situación muy complicada para el manejo de los comicios que vienen en 2023, en 2024, tanto los locales como el federal. Creo que las autoridades electorales van a estar muy rebasadas por toda esta suerte de irregularidades que ya han sido muy notorias y que dejan muy poco margen para no hablar de una elección de Estado, en donde fue claro el despliegue de las diversas acciones”

Y señala lo que reputa como “una clara contradicción: “Tras la reforma, que formalmente el propio presidente López Obrador promovió durante su administración, la modificación constitucional del artículo 134, extiende e eleva a delitos de corrupción, los delitos asociados con los temas electorales. Discursivamente se elevó a garantía constitucional el desvío de recursos públicos, pero el cumplimiento y las condiciones (…) para que las autoridades electorales emitan sanciones ejemplares, como el desafuero o la separación de funcionarios por el uso indebido de recursos públicos, dista mucho de ocurrir en la realidad”.

José Antonio Crespo, por su lado, observa la misma discordancia: “Desde luego que se cometen ilícitos y no hay quien los castigue, si acaso una multa del INE, pero eso es un castigo menor, pero también hay que ver que se están cometiendo delitos electorales, que en virtud de este gobierno se convirtieron en delitos graves, pues muchos de ellos tendrían que pasar por la cárcel porque son delitos penados con cárcel, incluso con cárcel preventiva, prisión preventiva, por ser graves.

“Pero resulta que quien está encargado de la Fiscalía electoral, pues está manejada por un obradorista, y entonces pues no les va a aplicar la ley a sus correligionarios. Ese es un  carácter del partido hegemónico, el tener el control de la autoridad electoral, pero de tres controla uno, aunque ese uno es muy importante porque es la aplicación de las sanciones legales. Esa parte sí la tiene, pero le falta para ser hegemónico”.

–¿Pero van en esa ruta?

–Sí, eso quieren, lo están buscando, a ver hasta dónde llegan. No la tienen automático.

Víctor Alarcón cree que el nuevo mapa político y las condiciones de su trazo, “nos está regresando a una condición donde hay un partido muy empoderado, partido hegemónico, que tiene condiciones de predominancia dentro de la dinámica competitiva, y que deja ahora a sólo a dos fuerzas políticas con cierta capacidad de articulación, por un lado pues obviamente estaría el Partido Acción Nacional (PAN) que queda entonces claramente como el único partido nuevamente colocado del centro a la derecha, dentro del espectro político, y por un lado a Movimiento Ciudadano, un partido que ha tratado de jugar, después del 2018, de ir construyendo una estrategia más particular, tratando de distanciarse y diferenciarse del viejo esquema de identificación partidista”.

Vislumbra que MC también tratará como parte de su estrategia, “de recoger los restos, también, de todo un conjunto de actores que sin lugar a dudas, pues si bien no se sienten identificados con la política tradicional, pues obviamente tampoco estarían digamos sólo identificándose o ubicándose dentro de un campo de la de la derecha, sino que más bien aquí estarían tratando de mantener esta suerte de izquierda un poquito más socialdemócrata, más centrada en denominación del partido que en el colectivismo o en las acciones clientelares como la que sigue siendo la base fundamental de la política nacional”. 

“Sheinbaum se sostendría mucho por la narrativa de AMLO, y este tendría que cobijarla todo el tiempo”, dice Alarcón. Foto: Especial. 

LA SUCESIÓN

En todo caso, la gran prueba o aduana para la consecución de Morena como partido de Estado es 2024. Pero no es una conquista asegurada, y acaso por ello AMLO haya decidido abrir un juego al antiguo estilo de los tapados priístas.

Víctor Alarcón considera que “López Obrador, al jugar al tapadismo, ese viejo esquema que él conoce, observa que puede ser rentable para mantener cierto nivel de control, pero será interesante ver cómo finalmente procesa o no, hasta ahorita pues ha manejado la idea de que esto se resolvería a través de las encuestas, un método muy controlado y manipulable”.

De acuerdo con Alarcón, López Obrador rehuye o “deja poco espacio para una competencia más compleja, que optara por una elección o una consulta directa a la base”.

José Antonio Crespo reitera que la expansión territorial es una clara ventaja para Morena por la operación electoral de los gobernadores, pero advierte que el procesamiento de la designación del candidato del gobierno y la selección del abanderado de la oposición, serán fundamentales para definir la ruta:

“Nada garantiza que no haya rupturas. En términos probabilísticos, si Marcelo es el candidato, yo no creo que Claudia se salga. Pero si es Claudia, si hay muchas posibilidades, no es seguro, de que Marcelo se vaya de Morena. Entonces ahí sí se generaría una ruptura y desde luego creo que lo que sí es casi seguro prácticamente es que Monreal se vaya pero no creo que se vaya a la presidencia sino a la jefatura de Gobierno de la Ciudad de México”

Por lo que toca a Alarcón, cree de hecho que las grietas ya son visibles: “Me parece muy clara esta fragmentación que ya se está dando entre la postura del secretario de Gobernación (Adán Augusto López) y a la jefa de Gobierno (Claudia Sheinbaum), que están jugando pues cada vez más de manera conjunta, versus las acciones o todavía aspiraciones que representa el grupo asociado ya sea con Marcelo Ebrard o incluso con Ricardo Monreal”.

Respecto de las potencialidades y capacidades de cada uno de los jugadores, Alarcón considera que Claudia Sehinbaum tiene serias desventajas competitivas: “Su imagen y comunicación pues son nula, no tiene una narrativa ni imagen lo suficientemente poderosa, desde el  punto de vista de su imagen pública, en eso se asemeja mucho Cuauhtémoc Cárdenas. Sheinbaum se sostendría mucho por la narrativa de AMLO, y este tendría que cobijarla todo el tiempo, igual que, quizá al secretario de Gobernación (…), y en cambio pues Monreal y Ebrard son gente de medios”.

Crespo se centra en los escenarios para los competidores: “Creo que Dante (Delgado, líder de MC), está esperando, antes de definirse, a ver qué pasa en Morena. Que si es Claudia, es bastante probable que salga Marcelo y entonces lo recibe Movimiento Ciudadano y desde ahí ya pueden negociar o impulsarlo como candidato propio o negociar con la coalición opositora”.

“Tengo la impresión –detalla Crespo– de que Dante está esperando, hasta cuando tenga que esperar, cuando se defina el candidato a Morena. Si es Marcelo, pues entonces ya se queda Marcelo en Morena y Dante quizá entonces ya hablé con la coalición en otros términos. Si Marcelo no queda en Morena, es muy probable que sea el candidato de Movimiento Ciudadano”.

Sobre el líder del Senado, Ricardo Monreal, y sus declaraciones en las que pide a MC unirse a la alianza opositora, José Antonio Crespo comenta: “Hay dos cosas: por un lado, Monreal es muy amigo de Dante, muy muy amigos, muy cercanos. Entonces tendrá la confianza de decir lo que (Dante) quizá ya le haya dicho en corto, pero ahora quiere ponerlo en la opinión pública. Mi percepción es que el cálculo de Monreal es que no tiene posibilidades en Morena, y va a ser pasarse a Movimiento Ciudadano pero para competir por la capital, y entonces creo que tiene más posibilidades y creo que lo sabe, y que podría conformarse por lo pronto con la capital, que no logró en 2018”.

De esa manera, explica Crespo, “pienso que su cálculo es: ‘tengo más probabilidad de ganar si llego con como candidato de toda la coalición, PRI-PAN-PRD y Movimiento Ciudadano, ahí tengo más chance de ganar la capital, que si la coalición pone uno, yo soy otro, Morena otro, pues igual y sí vuelve a ganar Morena’. Entonces esa declaración tiene que ver con el cálculo de lo que él supone y pretende, creo que con razón, pueda ser su candidatura para la capital, y prefiere ser candidato de toda la coalición que nada más de Movimiento Ciudadano. Entonces no lo dice sólo como un buen deseo, siempre con un cálculo, un cálculo político”.

“La clave está en si la oposición logra presentar un solo candidato, que además sea un candidato más o menos presentable, más aceptable para el público opositor o crítico del gobierno actual, con eso podrían sacar una ventaja sobre Morena”.

Agrega: “Dudo mucho, dudo mucho, que el candidato de Morena, sea quien sea, pueda recibir una votación superior al 50%, porque está por abajo del 50%, y en esa medida, los otros votos pues seguían directo o podrían ir la mayoría a un candidato opositor. Si es uno el candidato, lo puede lograr. Pero si se divide ese voto, incluso entre dos, pues ya es más difícil y es más probable entonces que gane Morena, aún sin mayoría absoluta de los votos”.

Por su parte, Víctor Alarcón coincide en que un candidato competitivo, en una alianza encabezada por MC a la que se sumen PRI-PAN y PRD puede ser una fórmula eficaz para la oposición. Incluso delinea tipos de candidato:  

“Un candidato de derecha muy muy contestatario, muy echado para adelante, muy confrontativo contra el sistema, pero inteligente al mismo tiempo, es decir, que no sea un típico troglodita que simplifica el discurso, o bien, un candidato de sociedad civil, con mucha credibilidad ciudadana, de una izquierda muy inteligente, por eso los números se están moviendo muy bien para Luis Donaldo Colosio Riojas,  un político no maleado, joven, con más iniciativa, con creatividad”.

Reitera que Colosio “puede ser muy peligroso para las aspiraciones del oficialismo. Incluso los medios pro oficialistas están tratando de minimizar tanto como pueden a Luis Donaldo, diciendo que es una invención del marketing, pero todos los candidatos lo son. La cuestión es que las encuestas están siendo ya muy sensibles y están registrando este ascenso de manera muy directa”.

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