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CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– El gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, continúa con fuero y no tiene ya de qué preocuparse, al menos hasta que termine su mandato. Se fue a tiempo extra.
La Suprema Corte ordenó cancelar la orden de aprehensión por delincuencia organizada, al resolver que el mandatario conserva el fuero porque así lo dispuso la legislatura local.
Es un tema de fondo, por supuesto, porque la Primera Sala dejó muy claro que los gobernadores cuentan con una protección constitucional reforzada. Tiene sentido, en la lógica de evitar arbitrariedades y decisiones unilaterales de la federación. Implica un riesgo, porque los mandatarios estatales suelen tener control de sus Congresos y eso dificulta que se actúe contra ellos, aunque así lo determine la Cámara de Diputados, erigida en jurado de procedencia.
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Un ejemplo. En 2005, si la entonces Asamblea Legislativa del Distrito Federal, hubiera contado con las atribuciones de los congresos en las demás entidades, se habría podido pronunciar contra el desafuero del entonces jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador. De esa magnitud es lo que ocurrió en la Suprema Corte.
Es un asunto de enfoques, por supuesto, pero a la vez de equilibrios.
Es un triunfo notable para Cabeza de Vaca, aunque puede tener el sentido de lo efímero, ya que, una vez concluido su periodo en el cargo, la FGR puede proceder en su contra.
Es una derrota para el equipo de Alejandro Gertz, quienes no midieron las consecuencias que podrían tener las controversias constitucionales 50/2021 y 70/ 2021. En algunos asuntos es mejor no arriesgarse o no propiciar la intervención de los ministros, porque pueden contestar y aclarar las dudas, con consecuencias irremediables, para bien o para mal.
Pero el cálculo del gobernador tamaulipeco es el correcto, porque los meses siguientes le pueden servir para preparar su defensa y desacreditar las acusaciones, sabiendo que los fiscales están muy lejos de ser eficientes.
Después de todo, en el juicio de procedencia solo se acreditó el delito de defraudación fiscal por un monto de 6.5 millones de pesos.
La experiencia indica que puede ganar quien hace el trabajo adecuado, como Cabeza de Vaca lo hizo desde junio de 2021, cuando impulsó una reforma a la Constitución de Tamaulipas que impide que se revise la no homologación de la declaratoria de las Cámaras. En pocas palabras, blindó la decisión legislativa de no retirarle el fuero, de futuros intentos.
Vendrán las quejas, pero la Primera Sala resolvió por unanimidad y se plegó a los criterios que en su momento anunció el ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, quien ya había advertido de que las decisiones de la Cámara de Diputados pueden ser rechazadas por los congresos estatales en los asuntos de juicio político.
LOS CHIVOS EN EL DESAFUERO
Sergio Gutiérrez Luna tiene el tacto de los chivos en una cristalería. Como lo que quiere son reflectores, para su improbable candidatura veracruzana, olvidó que como presidente de la Cámara de Diputados tiene el deber de comportarse de forma institucional y no lo hizo al acompañar al fiscal de Campeche, Renato Sales Heredia, en la presentación de la solicitud de desafuero en contra de Alejandro Moreno.
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Rubén Moreira, Marko Cortés y Luis Espinosa Cházaro, coordinadores del PRI, PAN y PRD le recordaron lo anterior y ya no lo quieren como titular de la Mesa Directiva. De prosperar sus quejas, asunto dudoso si no es que imposible, solo lo privarían de la posición por unas semanas, ya que en septiembre tiene que haber relevo, como está establecido en las normas que rigen en San Lázaro.
Lo que es de llamar la atención es que la falta de tacto termine por complicar a lo que, en primera instancia, debiera ser rutinario, como es la recepción de un documento que en su momento tendrá que analizar la Sección Instructora.
También hay que registrar la disposición de los partidos agrupados en Va por México, de respaldar al presidente del PRI en este nuevo episodio. Una apuesta arriesgada, pero de la que pueden depender acuerdos para el futuro próximo.
@jandradej
