SOBRE EL AUTOR
EMEEQUIS.– Desde la cuna de la Revolución Mexicana en Tabasco, Huimanguillo, una niña de dos años fue llevada hasta Villahermosa, la capital del estado, para internarla en el Hospital del Niño “Rodolfo Nieto Padrón”. Tenía síntomas de Covid-19.
Estaba enferma desde el 6 de abril, pero pasó una semana antes de poder ingresar a un hospital. La recibieron el 13 de abril, le detectaron neumonía y, dada su gravedad, ni siquiera alcanzó a ser intubada. Murió ese mismo día.
La pequeña no era diabética, ni asmática, ni obesa, tampoco tenía EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), las características que predominan entre los adultos que han perdido la vida a costa de esta nueva enfermedad.
Sin embargo, los registros epidemiológicos muestran que tenía otras comorbilidades que la hicieron vulnerable y la convirtieron en la primera menor de edad en morir por COVID-19 en México: inmunosupresión, problemas cardiovasculares y otra comorbilidad no especificada.
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Dos días más tarde, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, anunciaría la primera de las 20 muertes por COVID-19 entre menores de edad en México que han quedado registradas en el sistema hasta el 18 de mayo.
“Habíamos dicho, con gusto, que no teníamos una sola persona que hubiera perdido la vida y que tuviera menos de 25 años. Ya tenemos una persona y, muy tristemente, fue una niña”, mencionó en la conferencia de las 19 horas aquel miércoles.
La niña tenía Síndrome de Down, por lo que padecía inmunosupresión. “Se disminuye la eficiencia del sistema inmune, tienen mayor susceptibilidad a las infecciones”, explicó.
Los casos de niñas y niños que contraen coronavirus y mueren en México siguen el ritmo de lo que ocurre en el resto del mundo, son mínimos. Un análisis del registro epidemiológico del gobierno federal muestra que apenas el .4% de las 5 mil 332 defunciones registradas hasta el lunes corresponden a menores de edad.
Mientras que, de cada 100 casos positivos a Covid-19, 10 resultan en fallecimiento, para los más pequeños las estadísticas marcan que de los 949 que han dado positivo, apenas el 2.1% de ellos han fallecido.
LA INMUNOSUPRESIÓN, COMORBILIDAD MÁS FRECUENTE
Un análisis de las estadísticas del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica, realizado por EMEEQUIS, muestra que de las 20 defunciones de menores de edad, apenas 8 de ellos presentaban algún factor de riesgo. La inmunosupresión es la más frecuente: cinco de estos niños la presentaban.
Otros seis presentaban comorbilidades no especificadas, en algunas ocasiones a la par de inmunosupresión, apenas una niña de 15 años con obesidad y la pequeña de dos años con problemas cardiovasculares.
No hay un estándar del tiempo que tardaron en perder la vida tras haberse presentado los primeros síntomas.
Está, por ejemplo, el caso del niño de un año, originario de Tenango del Valle, en el Estado de México, que presentó los primeros síntomas el 17 de abril, llegó al hospital al día siguiente y ahí murió –no tenía ninguna comorbilidad–.
Así como la niña de Azcapotzalco, de 15 años, que pasó más de 20 días hospitalizada, con neumonía –no fue intubada–, antes de perder la vida.
Mientras que, de los 929 niños que dieron positivo y que están estables, sólo 11 son hipertensos, 12 tienen diabetes, 12 alguna enfermedad cardiovascular, 30 inmunosupresión, 34 asma y 56 obesidad, así como 8 que o son fumadores o han estado expuestos al humo del tabaco cotidianamente.
EN LA CAPITAL
De los 949 casos de menores de edad positivos a la enfermedad, al menos 300 están en la Ciudad de México, que a nivel nacional encabeza las listas de positivos (14,566) y defunciones (1,147).
La mayoría se encuentran en Iztapalapa, el municipio con mayor número de contagios registrados: hay 37 niños infectados de todas las edades. Otros tantos están en Iztacalco (31) que colinda con esta delegación, y unos más en Xochimilco (30).
No hay otra entidad que presente esta cifra de niños contagiados. La entidad más cercana a la CDMX es su vecino, el Estado de México, con apenas 84.
LOS NIÑOS SE RECUPERAN, ¿SIN RIESGOS?
“En términos del riesgo, afortunadamente los niños, las niñas, quienes tienen menor edad, menor de 20 años, no se han identificado ni en México ni en el mundo como una población de alto riesgo”, dijo el subsecretario de Salud el 10 de mayo pasado.
Lo más probable es que van a tener una enfermedad menor, aseguró. “Una enfermedad con síntomas mínimos, de corta duración y bajo el supuesto que desarrollen inmunidad permanente quedarán ya protegidos”.
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Un par de días después, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, informó que en el estado se investigaban 100 casos de niñas y niños en los que, tras haberse recuperado de una infección leve por Covid-19, habían presentado síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico, que afecta los vasos sanguíneos y los órganos. Hasta el 12 de mayo, habían fallecido tres niños con estos síntomas en el estado.
En Italia, investigadores aseguran que el Covid-19 pudo haber incrementado hasta en un 30% la aparición de esta enfermedad en niños, un riesgo alterno para este sector en medio de la pandemia.
Los síntomas son similares a la enfermedad de Kawasaki, que usualmente afecta a menores de 5 años y que tiene entre sus síntomas fiebre, erupción cutánea, labios o boca secos, enrojecimiento ocular y de las palmas de las manos, plantas de los pies, así como glándulas inflamadas.
LOS MOTIVOS DETRÁS DE LA RESISTENCIA
“Como niña con diabetes tipo 1, ¿estoy en mayor riesgo de complicación por el Covid-19?” “¿Qué riesgos tenemos los niños con insuficiencia mitral?” “Yo tengo asma y quiero saber qué me pasaría si me da Covid-19.” “¿Cómo puedo mejorar mis defensas?”, le preguntaron una decena de niños a López-Gatell el 30 de abril.
Las dudas de las y los niños sobre su vulnerabilidad frente a la pandemia no son exclusivas de ellos, han perseguido también a investigadores de todo el mundo, que han tratado de explicar la relación entre la juventud y la aparente resistencia a la enfermedad, así como los factores de riesgo para quienes la contraen.
Por ejemplo, en el estudio “¿Son los niños menos susceptibles al Covid-19?” publicado en el Diario de Microbiología, Inmunología e Infección, cinco especialistas mencionan que, de los 44,672 casos positivos reportados en China al 11 de febrero, sólo el 0.9% correspondían a niñas y niños de 0 a 10 años.
Las razones del bajo contagio en este sector, argumentan los cinco pediatras de Taiwán, pueden estar relacionadas al bajo número de actividades exteriores que realizan los pequeños, incluyendo viajes al extranjero.
“Otras razones sugeridas incluyen a los niños que tienen una respuesta inmune innata más activa, vías respiratorias más saludables porque no han sido expuestos a mucho humo de cigarrillo y contaminación del aire como adultos, y menos trastornos subyacentes”, detallan.
En otro estudio, en el que se analizó a 36 niños positivos a Covid-19, se encontró que en el 89% de los casos el contagio vino del contacto con algún familiar enfermo, el resto por haber estado expuesto a una área de alto contagio. La mayoría de ellos tuvo niveles medios de la enfermedad, mientras que el resto apenas mostró síntomas leves o fueron declarados asintomáticos.
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Pese al aparente bajo riesgo para los menores, hay que seguir las recomendaciones del Dr. López-Gatell: lavarse las manos, sana distancia, no visitas, en especial cuando hay factores como diabetes u otras enfermedades crónicas. “Hay que tener las mismas precauciones adicionales que se tienen con los adultos mayores y con las personas que tienen otras enfermedades”.
@AleCrail
