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¡Cómo has cambiado! Maestros y alumnos lidian con el rezago educativo tras dos años de pandemia

Este nuevo ciclo escolar es el primero después de dos años de pandemia que reanuda la totalidad de clases presenciales. Tras un ciclo y medio realizado de manera remota y otro de forma híbrida, las secuelas en el rezago educativo son evidentes. “Mi hijo incluso perdió la noción del tiempo y no entiende cómo del kinder ahora está en tercero de primaria”, dice Itzel.

9 / 10 / 22

EMEEQUIS.– “Mi hijo incluso perdió la noción del tiempo y no entiende cómo del kinder ahora está en tercero de primaria”. Son palabras de Itzel, madre de Derek, que resumen los obstáculos para reponer el tiempo perdido por la pandemia que enfrentan no sólo alumnos, sino también maestros y padres de familia, con el regreso a clases presenciales. 

No es lo mismo el Zoom que lidiar con personas de carne y hueso. Profesores, padres de familia y alumnos se enfrentan a las aulas con el miedo de no haberlas pisado en dos años. Más allá de las cifras, que hablan incluso de una deserción de más de medio millón de alumnos, este regreso a clases es como un brinco en el tiempo para escolapios que pasaron de grado sin escalas. De sólo interactuar por medio de la computadora a entablar conversaciones con personas enfrente de ellos.

Casos como el de Derek abundan: como el de la niña que exige que su padre esté presente porque de otra forma no asimila las lecciones. Pero también los maestros enfrentan dificultades, pues tienen que hacer regresiones para completar las lagunas de conocimiento de los alumnos. 

Con el objetivo de ofrecer un nuevo panorama de convivencia y aprendizaje, así como recuperar la matrícula perdida, el pasado lunes 29 de agosto inició de manera presencial el ciclo escolar 2022-2023 en todo el país. A las escuelas regresaron más de 24 millones estudiantes y 1.9 millones de docentes en 232 mil planteles de educación básica. 

De acuerdo con cifras presentadas por la exsecretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez, también acudieron a las aulas 124 mil estudiantes normalistas, así como 14 mil 28 docentes en casi 400 planteles formadores de maestras y maestros. 

Se trata del primer ciclo escolar que inicia de manera presencial, luego de que el pasado 14 de marzo de 2020, mediante un comunicado conjunto, las Secretarías de Salud y Educación Pública anunciaran la ampliación de las vacaciones de Semana Santa, del 23 de marzo al 17 de abril. La acción respondió a la alerta sanitaria global, debido a la propagación del virus SARS-CoV-2, mejor conocido como Covid-19. 

Desde entonces y en igual atención a las recomendaciones por la Organización Mundial de la Salud (OMS), las clases presenciales como muchas otras actividades se suspendieron en todo el territorio nacional. De acuerdo con el comunicado, se preveía el retorno a las aulas para el 20 de abril “siempre y cuando, se cuente con todas las condiciones determinadas por la autoridad sanitaria federal en cada plantel escolar”. 

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Sin embargo, debido a la creciente rapidez de los contagios de Covid-19, el regreso presencial no ocurrió ni siquiera hasta la conclusión del año escolar en cuestión (2019-2020). Durante el ciclo académico siguiente, 2020-2021, el proceso de educación y aprendizaje continuó llevándose a cabo de manera remota. Asimismo, el periodo educativo 2021-2022, se caracterizó por realizarse de manera híbrida, entre clases presenciales y a distancia, de acuerdo a las condiciones sanitarias de cada estado y municipio. 

Para tal efecto, el Gobierno Federal, a través de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu), desarrolló la “Estrategia de Educación a Distancia: transformación e innovación para México”. En dicha estratagema se consideraron 10 sugerencias para la educación durante la contingencia sanitaria. 

Entre las sugerencias, destacaron dos: II. Diversificar las alternativas de educación en línea según los dispositivos disponibles en diferentes contextos y sus condiciones de uso; y X. Prevenir el abandono escolar especialmente en los grupos en condiciones de mayor vulnerabilidad.

Además, ante la evidente desigualdad de acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación, la SEP puso en marcha el programa “Aprende en casa”, para transmitir clases a través de la televisión abierta. No obstante, pese a los esfuerzos del gobierno, el impacto negativo en la educación mexicana fue inminente. 

LOS RETOS DE LA VIRTUALIDAD

El aislamiento social y distanciamiento físico que causó la pandemia por Covid-19 provocó diversas formas de realizar actividades culturales, deportivas, laborales, económicas y educativas. Aunque cada ramo conllevó diversos efectos, para lo que corresponde a la educación, se implementaron diversas estrategias metodológicas para que niños, niñas y jóvenes estudiantes de todos los niveles educativos pudieran continuar con su formación académica desde sus respectivos hogares. 

Uno de los recursos más utilizados, fue la implementación de plataformas digitales para realizar videoconferencias, mediante las cuales se pudieron conectar maestros y maestras con sus estudiantes. A pesar de ser una estrategia útil, no todas las alumnas y alumnos del país contaban con un dispositivo adecuado (computadora, laptop, tablet o teléfono inteligente) para seguir sus clases. 

Del zoom al salón de clases. Foto: Archivo.

CAMINITO DE LA ESCUELA… ¿POR DÓNDE ERA?

Al respecto, EMEEQUIS entrevistó a maestras y maestros de primaria y secundaria, así como a madres y padres de familia de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) sobre la experiencia de la educación a distancia. En un balance general, este medio constató que la adaptación a las clases virtuales es difícil tanto para docentes, estudiantes y tutores, además de que muchos enfrentaron dificultades técnicas para llevar a cabo las labores académicas. 

“Al principio fue difícil, pues se tenía la incertidumbre y la presión de que los padres de familia estarían presentes cuestionando todo”, comparte la maestra Sharon, quien imparte clases a nivel primaria, al preguntarle sobre su adaptación a las clases virtuales. Además, agrega: “Adaptarse a las plataformas y adecuaciones en casa fue algo complicado”. 

De la misma forma, la maestra Diana, de nivel secundaria, definió como titánico el esfuerzo realizado al estar pendiente de las dudas y conversaciones particulares con cada uno de sus estudiantes. “Ya no se conformaban con una explicación generalizada, porque estaba la opción de la conversación privada”, dice. 

Al mismo cuestionamiento, la maestra de primaria, Victoria, considera complicado el asunto “porque mi escuela es de personas de bajos recursos y después de algunas encuestas la única manera era comunicarme por WhatsApp”.

Asimismo, diversos maestros y maestras coinciden en que los principales retos fueron encontrar un espacio adecuado en casa para dar clases, diversificar estrategias para que las clases resultaran atractivas, así como las fallas técnicas de conexión a internet, además de la disposición de las y los alumnos para conectarse periódicamente. 

Por su parte, padres y madres de familia y estudiantes también enfrentaron sus propias dificultades. Algunas familias, principalmente las que cuentan con dos hijos, tuvieron que adquirir computadoras, tablets o celulares para que sus hijos pudieran conectarse a sus respectivas clases, así como contratar paquetes de internet. 

“Tuvimos que comprar una tablet ya que mi hija ocupaba mi celular para las clases y ella y Dylan tenían sus clases a la misma hora”, cuenta Bibiana, madre de Valeria y Dylan, estudiantes de primaria. Al igual que Bibiana, Thalía, mamá de Victoria y Rebeca, quienes al inicio de la pandemia cursaban la primaria, explicó que tuvo que comprar dos tablets para sus hijas, pues aunque en casa tenían servicio de internet, no contaban con dispositivos para seguir las clases. 

Aunado a la adquisición de nuevos dispositivos para sintonizar las clases, padres y madres de familia apuntaron que otros retos enfrentados por sus hijos fue la capacidad de concentración, la adaptación a las videoconferencias, así como la disposición de niños, niñas y adolescentes para realizar las actividades solicitadas por sus maestros y maestras. 

DOCENCIA EXPERIMENTADA Y DOCENCIA JOVEN

Con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hacia el cuarto trimestre de 2020, año en que comenzó la pandemia en México, la edad promedio de las y los docentes de educación básica era de 40 años. Además, la encuesta mostró gran afluencia de una matrícula joven, de 30 a 44 años. 

No obstante, los maestros de más de 45 años representaban el 40% de la totalidad de docentes hombres. A su vez, las maestras mayores a 45 años conformaban más del 32%. De tal forma, mientras dos terceras partes del personal docente era menor a 44 años, la tercera parte restante estaba constituida por maestras y maestros de mayor edad. 

Sin embargo, de acuerdo con el INEGI, la distribución porcentual de usuarios de internet en 2020, contempló un 65% de uso en una población de 12 a 44 años, con mayor incidencia en las personas de 24 a 34 años, con 19.1%. En contraparte, la población mayor a 45 años, únicamente representaba el 23% de usuarios. 

“Para mí no fue tan complicado, porque ya había tomado algunos cursos en línea”, comparte la maestra Cristina, de 47 años, quien da clases en secundaria. Sin embargo, para la profesora de primaria Fátima, de 55 años, “fue difícil ya que no tenía conocimiento de cómo manejar la plataforma”. 

Asimismo, el profesor César, de 30 años, dice que “hubo ocasiones en las que no pude avanzar, por no saber cómo hacer una actividad, o cómo desarrollar un tema, pues a pesar de contar con las habilidades necesarias para poder realizar una clase digital, es diferente llevar esos conocimientos a la práctica”.

Pese a las adversidades que enfrentaron, principalmente los maestros y maestras de mayor edad, la docencia joven pudo adaptarse más fácilmente a la situación. La maestra Sharon apunta que “las principales plataformas fueron Zoom, Meet, Classroom y en mi caso también usé Team y Larousse”. 

Fue muy drástico para alumnos cambiar de grado súbitamente. Foto: Archivo.

SECUELAS DE LA EDUCACIÓN A DISTANCIA

“Siempre han existido las carencias educativas, pero nunca llegaron a ser tan pero tan evidentes como en este caso”, sentencia la maestra Ingrid. La docente, quien imparte clases en secundaria, agrega: “Jóvenes que entraron en primer año para el ciclo escolar 2021-2022 seguían sin saber leer, ni escribir, ni las ecuaciones básicas de matemáticas. Así, díganme, ¿Cómo pretenden que también aprendan Historia?”.

Otras maestras, como María, quien en este ciclo escolar imparte tercero de primaria, cuenta “hay alumnos de tercero de primaria no saben leer y algunos, tampoco escribir, […] no consolidaron las matemáticas de manera correcta”. 

Con la misma idea, el maestro César explica: “Sí se vio afectado el aprendizaje de los alumnos. El año pasado tenía una alumna que había olvidado cómo sumar, y necesitaba de su mamá para hacer la suma; otro alumno, ya no recordaba cómo redactar un resumen sin el apoyo de un video; y otra no quería hacer el trabajo de ciencias naturales sin que su papá estuviera en el salón para poder explicarle el tema. Fueron situaciones que claramente muestran cómo afectó la pandemia la manera de trabajar y estudiar de los chicos”.

Asimismo, aunado al rezago educativo, la deserción escolar fue otro tema de relevancia. De acuerdo con la Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación del INEGI, en el ciclo académico 2019-2020, estuvieron inscritas 33.6 millones de personas de entre 3 y 29 años, de las cuales el 2.2%, es decir 740 mil no concluyeron el ciclo. 

En éste último grupo de personas, el 58.9% no concluyó por razones asociadas con el Covid-19, mientras que el 8.9%, por falta de recursos o dinero. En consecuencia, para el ciclo escolar subsecuente, 2020-2021, solo se inscribieron 32.9 millones de personas de entre 3 y 29 años. 

En el mismo sentido, aunque con datos distintos, con  cifras expuestas en el Cuarto Informe de Gobierno, del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se evidencia que mientras en el ciclo escolar 2020-2021 hubo 34 millones 933 mil 939 estudiantes, para el 2021-2022 la cifra bajó a 34 millones 413 mil 485, lo cual se traduce en la deserción de 520 mil alumnos menos inscritos en alguna escuela del país. 

Además, el estudio “Educación en pandemia: los riesgos de las clases a distancia”, realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), asegura que “los alumnos con menos aprendizajes se convierten en trabajadores con menos habilidades […] un país con una población menos capacitada enfrenta dos tipos de costos económicos”. 

El documento también apunta que “la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) estima que en los próximos 80 años este fenómeno le podría costar a México un monto acumulado de hasta 3.4 billones de dólares equivalente al 136% del PIB de 2019”. 

Con base en lo anterior, las afectaciones por el Covid-19, más allá de los vinculados a la salud pública, se han traducido en rezago educativo, lo mismo que la acentuación de desigualdad social derivada de la pérdida de aprendizajes y el abandono escolar. 

EL RETORNO PRESENCIAL

Con el objetivo de superar la acumulación de rezago académico por el cierre de escuelas desde 2020, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), se pronunciaron en julio de 2021, para que los centros educativos reabrieran sus puertas. 

Dicho lo anterior, el ciclo 2021-2022, se caracterizó por realizarse de manera híbrida, entre clases presenciales y a distancia, de acuerdo a las condiciones sanitarias de cada estado y municipio. Pese a ello, para este nuevo ciclo, 2022-2023, se anunció el regreso total a clases presenciales. 

Leticia Ramírez ingresó en lugar de Delfina Gómez como titular de Educación. Foto: Archivo.

LETICIA RAMÍREZ: ¿PODRÁ CON EL RETO?

En palabras de la nueva secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez Amaya, el principal reto actual es la recuperación de la matrícula en los tres niveles de enseñanza. “Tenemos que hacer que regresen a las escuelas la totalidad de niñas, niños, adolescentes y jóvenes desde la educación inicial hasta la educación superior, no por una cuestión de estadística, sino porque no hay nada más importante para ellos y para nosotros”, afirmó en una conferencia matutina del presidente. 

“Los chicos necesitaban estar en un lugar que no fuera su casa, necesitaban un maestro que no estuviera tras una pantalla, necesitaban escuchar a tus compañeros sin necesidad de ponerse audífonos, pienso que el mayor cambio, que yo puedo observar es el gusto de volver a la escuela”, comparte el maestro César de primaria, tras el regreso presencial a clases.

No obstante, la maestra Karen de primaria, reconoce que “La dinámica de enseñanza no es la misma después de la pandemia, la incertidumbre de alumnos y docentes se hizo presente, las emociones de los alumnos ante una nueva realidad, el uso de cubrebocas en toda la jornada y nuevas norma de convivencia aunado al rezago educativo que presentan los alumnos, demanda para el docente llevar su práctica con diversas estrategias didácticas que promuevan en los estudiantes el alcance de los aprendizajes esperados considerando las características y necesidades de cada estudiante en esta nueva normalidad”. 

Por su parte, la maestra Ángeles de primaria sostiene que “se han perdido algunas tradiciones o fechas importantes porque hay niños que no saben cómo es una ceremonia, cuáles son los himnos, etcétera”. De manera similar, la docente Karla apunta: “el alumnado se acostumbró a esforzarse muy poco o no hacerlo”.

A pesar de las diversas condiciones adversas a las que se enfrentan docentes y estudiantes, madres y padres de familia coincidieron que el retorno presencial a las aulas es benéfico, “ya que la convivencia con los demás niños y la maestra hace el aprendizaje más dinámico”, aseguró Bibiana, madre de dos niños. 

“Considero que es importante que los niños interactúen con otras personas, además de que tienen una responsabilidad al levantarse temprano”, explicó Thalía, mamá de dos niñas. De la misma forma, Griselda, madre de Andrés, mencionó “a mi hijo sí le benefició, le hacía falta un docente para explicarle los temas y también le hacía falta la convivencia con compañeros”. 

Asimismo, casos como el de Derek, hijo de Itzel, resultan curiosos, por tratarse de un niño de 8 años. “Mi hijo incluso perdió la noción del tiempo y no entiende cómo del kinder ahora está en tercero de primaria”. 

Tras más de dos años de pandemia, este regreso a clases presenciales se ha vivido con muchos cambios. Uno de ellos, es la implementación piloto del nuevo Plan de Estudio para la Educación Preescolar, Primaria y Secundaria, que dará inicio en octubre próximo. Durante este ciclo escolar, únicamente se implementará en 960 escuelas públicas de todo el país, con miras a implementarlo en todo el territorio nacional para el ciclo 2023-2024. 

@emeequis

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