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Olimpia, víctima de la violencia digital, ahora lucha para que se castigue la difusión de imágenes sexuales sin consentimiento

La ley que lleva su nombre ya ha sido aprobada en 12 congresos locales, se está discutiendo en la Ciudad de México y pronto podría aparecer por San Lázaro

9 / 25 / 19

Activista y vocera del Frente Nacional por la Sororidad, Olimpia habla con aplomo y se desenvuelve con fluidez entre términos de la jerga jurídica que son parte de su arsenal. Pero no siempre fue así. Luego de que un video sexual que grabó con su entonces pareja fuera filtrado en 2013 en las redes sociales y se volviera viral, su vida cambió y no quería ni salir de su casa.

 

“Yo sentía que mi vida estaba completamente acabada, porque era una situación que no podía yo controlar… Cada día se viralizaba más”, recuerda, con la mirada fija en la cámara.

 

Las personas que la reconocían en las calles de Huauchinango, un “pueblo mágico” ubicado al norte de Puebla, de donde es originaria, no la llamaban por su nombre, sino con los apodos con los que su video íntimo era conocido en las redes y sitios de pornografía. 

 

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“Mi nombre se cambió. Mi nombre es Olimpia Coral Melo, pero en ese momento era la gordibuena de Huauchinango. Conforme iba creciendo la viralidad de este video me convertí en la gordibuena de Puebla. Durante varios meses me daba terror que supiera mi familia, terror en mi trabajo, terror en los lugares donde estaba estudiando (cuarto semestre de la carrera de Derecho)”. 

 

Dejó la escuela. Durante dos meses estuvo aislada, dejó de salir a la calle, abandonó las redes sociales. El hecho de ser reconocida con esos motes no era su peor miedo. Su mayor temor era que su familia viera el video. Un día, finalmente, pasó.

 

Su mamá, en lugar de reprenderla, como ella pensó que pasaría, le dio su apoyo y le comentó algo que nunca va a olvidar: “Me dijo: ‘Mi amor, todas y todos cogemos. Tu hermana coge, tu prima coge, yo cojo, la diferencia es que a ti te ven coger. ¿Y eso qué? ¿Te hace una mala persona? ¿Te hace una mala mujer? ¿Te hace una delincuente? ¿Te hace una criminal?’”, recuerda. 

 

EL COMIENZO DE LA BATALLA LEGAL

 

El que se perfilba como el peor día de su vida fue el punto de partida para denunciar a quienes la agredían, extorsionaban y compartían el video íntimo sin su consentimiento en Internet. Sin embargo, al llegar al Ministerio Público, se encontró con un problema: no existía el marco legal que tipificara ese delito. Los agentes que la atendieron dijeron que no podían ayudarla, porque en el Código de Defensa Social para el Estado de Puebla ese delito no existía.

 

Frente a esta situación, Olimpia pensó que ya no podía evitar que su video siguiera circulando en el espacio virtual, pero podía prevenir que otras personas cayeran en el mismo limbo legal: “No puede ser. Yo ya estoy viralizada, todos me conocen. Todos saben cada estría de mi cuerpo, cada lonja de mi estómago, cada parte de mí y ya no puedo evitarlo, lo que sí puedo evitar es que sigan haciéndolo con otras mujeres, con otras niñas y con otras personas”.

 

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Por eso comenzó a redactar una reforma al Código de Defensa Social de Puebla, con el objetivo de que se reconociera la difusión no consentida de contenido íntimo como un delito. Su vida se centró en eso. 

 

Lo que no debe de pasar es que esta cuestión íntima que haces dentro de tu espacio y tu esfera personal íntima se suba sin tu consentimiento, traspase esa esfera y se haga público porque entonces es sexo no consensuado. Es una aparente libertad de expresión sin responsabilidades”, señala la activista.

CINCO AÑOS TARDÓ EN APROBARSE 

 

La Ley Olimpia estableció modificaciones al Código Penal de ese estado para que se tipificaran los delitos de violación a la privacidad sexual, el ciberacoso y se castigara la difusión de contenidos sexuales sin el consentimiento de quien aparece en ellos. 

 

Cuando recuerda cuánto tiempo tardó en aprobarse esta ley, cuenta cinco dedos de su mano por cada año de espera. El 8 de diciembre de 2018 el Congreso de Puebla la aprobó por unanimidad, con un total de 37 legisladores a favor.

Esta ley reformó el Código Penal de ese estado para que se castigue con penas de tres a seis años a quien difunda contenido sexual –como audios, fotos, videos, mensajes– sin consentimiento de quien o quienes aparezcan en él. También tipifica los delitos de violación a la privacidad sexual y el ciberacoso. En el momento de la entrevista eran 11 entidades en las que esta ley había sido aprobada. Días después se sumó Guerrero, la cual la aprobó apenas este martes 24 de septiembre.

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Desde febrero de este año la iniciativa fue presentada en el Congreso de la Ciudad de México por la diputada Alessandra Rojo del Partido Verde, sin embargo, se quedó en comisiones para ser revisada. El pasado 12 de septiembre, José Luis Rodríguez, diputado local de Morena, volvió a proponerla y hasta el día de hoy sigue en espera de ser aprobada.

 

Olimpia ahora se dedica a promover esta iniciativa con actores políticos. No quiere que este esfuerzo se quede sólo en los congresos locales y afirma que busca que se haga una ley a nivel nacional: “Queremos que la Cámara de Diputados en San Lázaro también empiece a discutir el tema, que las reformas que están, que las que han subido otros legisladores y legisladoras, se puedan dictaminar en un proyecto donde podamos participar”. 

 

FALTAN PROTOCOLOS DE ATENCIÓN A VÍCTIMAS

 

La activista señala que luego de la aprobación de esta ley se debe de exigir a las empresas privadas de redes sociales que generen cambios en sus políticas internas para no permitir que este tipo de delitos se sigan haciendo virales en internet. 

 

Esto debido a que se ha detectado que en la cadena de difusión de estas grabaciones no solamente están las parejas de las víctimas, sino que hay una coparticipación y complicidad de quienes distribuyen, solicitan y hacen virales estos contenidos. En ese sentido, la responsabilidad también es de las empresas pues compilan este material y operan sin restricciones. 

 

Además, deben crearse protocolos para la atención a víctimas, sensibilización y para las rutas que las instituciones llevarán. “A nosotras nos encantaría que exista un visibilización del tema en cada rincón del país, que a lo mejor hasta un primer mandatario reconozca que lo virtual es real, que no es porno ni venganza y que las mujeres tenemos derecho a estar seguras también en internet”, afirma. 

 

SEXUALIDAD PLENA Y SEGURA EN INTERNET

 

El sexting es un derecho sexual. Para ejercerlo de una forma segura la activista propone apropiarse de los espacios virtuales y leer las letras chiquitas de las aplicaciones. Así, en lugar usar redes como Facebook y WhatsApp, que han sido cuestionadas por la poca seguridad que ofrecer a sus usuarios con respecto al cifrado de mensajes, propone aplicaciones como Telegram o Confidentlas cuales ofrecen más opciones de cifrado de los mensajes y hacen que la seguridad en línea tenga más candados.

 

También invita a que no tengan miedo a ejercer su sexualidad a través de los medios digitales, pues la sexualidad no es crimen. “Si alguien publica sin tu consentimiento un contenido íntimo, la culpa no es tuya, por dejarte grabar, ni por vivir tu sexualidad”, asegura. 

 

Olimpia regresó a la escuela. Estudió Ciencias Políticas y acabó la carrera

@vancg_ 

 

 

 

 

 

 

 

 

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SOBRE EL AUTOR

Vanessa Cisneros

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