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Libres, 8 de 11 miembros de Guerreros Unidos que validaron “verdad histórica”

De 11 presuntos integrantes de Guerreros Unidos y cuyos testimonios cimentaron la “verdad histórica”, ocho están libres por irregularidades en el proceso, como fabricación de pruebas, detenciones ilegales y testimonios obtenidos bajo tortura. Dos siguen detenidos, mientras que de uno no se tienen pormenores.

9 / 16 / 22

EMEEQUIS.– De 11 presuntos integrantes del cártel de Guerreros Unidos detenidos, presentes en “la noche de Iguala” y cuyos testimonios cimentaron “la verdad histórica” del gobierno de Enrique Peña Nieto por el caso Ayotzinapa, ocho están libres por irregularidades en el proceso como fabricación de pruebas, detenciones ilegales y testimonios obtenidos bajo tortura. 

Sólo dos de los que trazaron la ruta, mediante sus dichos, de lo que supuestamente sucedió con los normalistas, siguen detenidos, mientras que de uno no se tienen pormenores de su estatus.

Ellos reconstruyeron, con declaraciones, la supuesta ruta del crimen cometido por el grupo criminal. Su liberación ocurrió en la antesala del cambio de gobierno y entre el primer periodo de mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador. Por cada uno de ellos, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) integró expedientes por tratos inhumanos y crueles. 

Según la cronología de la “verdad histórica”, reconstruida con base en los testimonios de estos personajes, los estudiantes de la normal rural fueron entregados en Lomas de Coyote a miembros de Guerreros Unidos. La primera entrega constó de cuatro personas, de las cuales una estaba muerta. Fueron transportadas en una camioneta estaquitas. Posteriormente se realizó una segunda entrega de 35 a 40 alumnos, quienes fueron transportados en una camioneta de tres y media toneladas propiedad de “El Gil”.

Más tarde, integrantes del cártel los incineraron en el basurero de Cocula, por creer que pertenecían a un grupo rival, Los Rojos. Los restos, con base en esta investigación del anterior gobierno, fueron colocados en bolsas negras y arrojados al río San Juan. 

Esta “verdad” sostiene que la desaparición de los estudiantes se realizó por instrucciones que “El Gil” transmitió a “El Cepillo”, a través del “Fercho”, encargado de los sicarios de Guerreros Unidos en Cocula. 

Lo anterior es parte de la información contenida en el informe oficial de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia en el caso Ayotzinapa.

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LA RUTA A LA “VERDAD HISTÓRICA”

Gildardo N., jefe de plaza de Guerreros Unidos en Iguala, fue detenido el 18 de septiembre de 2015 y liberado casi cuatro años después, el 2 de septiembre de 2019. De acuerdo con el expediente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por el caso Ayotzinapa, él es uno de los 72 contra los cuales se cometieron abusos y tortura, por detención arbitraria y cateo ilegal. 

Jonathan N., sicario de Cocula, recuperó su libertad el 28 de octubre de 2018, un día después de que se cumplieran cuatro años de que fue detenido. Él acusó trato cruel e inhumano, detención arbitraria y dilación en la puesta a disposición del ministerio público. Su expediente refiere que fue aprehendido a las 16:20 horas y que estuvo siete horas con los agentes que llevaron a cabo la operación. 

Jonathan fue quien declaró que, tras ser torturados, los estudiantes mencionaron que “El Cochiloco”, uno de sus compañeros, era de Los Rojos, y que este grupo estaba asociado con el director de la normal de Ayotzinapa. Por esto, aseguró, “El Cepillo” dio la orden “de bajar a los chavos y de dispararles”.  

También Patricio N., sicario y jefe de halcones de Cocula, quien según la verdad histórica fue quien recibió en Loma de Coyotes a las cuatro primeras personas –una muerta– de los municipales, para llevarlas a una casa de seguridad, fue liberado a siete días de cumplir cuatro años en reclusión, el 20 de octubre de 2018, tras denunciar tortura, detención ilegal y trato cruel.

Otro de los casos es el de Salvador N., detenido por la Marina el 26 de octubre de 2014, pero puesto a disposición del ministerio público federal hasta dos días después. Esta violación al procedimiento derivó en que fuera liberado, el 20 de octubre de 2018, a menos de dos meses de que concluyera el gobierno en el que fue aprehendido, a cargo de Enrique Peña Nieto.   

Salvador es quien sostuvo que la razón por la que levantaron a los estudiantes fue por supuestamente pertenecer a Los Rojos; asimismo, dijo que lo admitieron “después de ser torturados”. También, que otro sicario, “El Cheje”, le contó que mataron a los normalistas a palazos y balazos, que les prendieron fuego y recogieron las cenizas en ocho bolsas negras, que tiraron al río, que es de aguas negras. 

Miguel N., sicario de Cocula, declaró el 10 de abril de 2015 y su testimonio conformó la denominada “verdad histórica”. En su expediente no se encuentra la fecha en la que fue detenido, pero su puesta a disposición ocurrió el 9 de abril a las 9:00 horas. Él acusó que fue torturado “para que dijera lo mismo que ‘El Pato’ y ‘El Jona’”, con cuyas declaraciones se alineó la versión oficial sobre lo ocurrido con los estudiantes. El 21 de diciembre de 2018 recuperó su libertad.

Agustín N. contó que al llegar al basurero de Cocula bajaron entre 35 y 40 personas de la camioneta, que “Cepillo” y “Pato” los interrogaron, que mataron a la mitad y los arrojaron al fondo del basurero; “a la otra mitad los bajan caminando. ‘Cepillo’ les echa diésel y los quema”, para permanecer ardiendo por 15 horas. 

Agustín, quien dijo ser halcón de Guerreros Unidos, está dentro de los 72 contra los cuales la CNDH sostiene que se cometieron abusos y torturas. Por esta situación, más irregularidades en el proceso, fue liberado el 26 de octubre de 2018, a un día de que cumpliera cuatro años preso. 

DENUNCIAN TORTURA, PERO NO LIBRAN RECLUSIÓN

Contrario a ellos, en reclusión continúan Fernando N, exempleado del Gil, quien fue detenido el 31 de octubre de 2014 y se encuentra en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 4, en Tepic, Nayarit. Él también presentó ante CNDH queja por tortura y detención arbitraria, pero ésta fue desechada.   

También sigue preso, en el Cefereso número 1 de Almoloya de Juárez, El Altiplano, Bernabé N., sicario, quien denunció cateo ilegal y detención arbitraria el 21 de enero de 2016; sin embargo, a decir de la CNDH, su declaración fue recabada legalmente en presencia de un defensor, de integrantes del GIEI y el Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez. 

De Cruz N, sicario, detenido el 22 de enero de 2016, no hay dato sobre el sitio de reclusión y las condiciones en que se encuentra su caso, mientras que de Miguel N., también sicario, no hay dato de queja ante CNDH, ni de cuándo fue aprehendido ni en qué circunstancias, pero fue liberado el 7 de septiembre de 2018.

En la declaración de Miguel se afirma que a éste le entregaron entre cinco y ocho personas el 26 de septiembre, que subieron a la camioneta estaquitas y los llevaron a una casa de seguridad en Barrio la Barranca de la Plata, y que por una llamada del “Cepillo” recibió la orden de regresar a Lomas de Coyotes, pues “le iban a entregar más ‘paquetes’”, que eran entre 35 y 40 personas, y “15 ya estaban muertos”. 

Familiares de Ayotzinapa en protesta. Foto: Especial.

VARIABLES Y DISCREPANCIAS

Las declaraciones de estos personajes afinaron la “verdad histórica”. Aun cuando la versión que cuentan está armonizada, también difirieron en detalles sobre los hechos. 

Por ejemplo, respecto a la primera recepción de personas, refieren que fueron entre cuatro y ocho detenidos, y que ocurrió a las 00:00 horas del 27 de septiembre, según Patricio N.; entre las 20:30 y las 21:00 horas del día 26, de acuerdo con el testimonio de Miguel N, mientras que Felipe N. sitúa el acontecimiento a las 21:35 horas también del 26. A partir de esto, los momentos de los siguientes hechos se armonizan, con diferencia de hasta tres horas.

Otro ejemplo es que “El Pato” declara que junto con Jona El Cepillo, La Rana y El Duvalle se dirigieron al basurero de Cocula en una camioneta Estaquitas y una moto negra Yamaha. Ahí, dijo que “Primo”, “Chereje”, “Rana”, “Cepillo” y “Pajarraco”, otros presuntos involucrados, juntaron las cenizas en dos bolsas negras. Después, que “El Duva” le contó que aventaron cenizas al río. 

“Chereje” dijo que recogieron las cenizas con la mano y con botellas y que las echaron en ocho bolsas de basura, que llenaron hasta la mitad. Luego fueron al río San Juan, donde las arrojaron. Duva declaró que no fueron ocho, sino entre seis y siete bolsas; “El Cepillo”, que la recolección de las cenizas fue con palas, no con la mano o botellas.

Jonathan N. mencionó que “Jona llegó a la casa del Pato, junto con Primo, Cepillo, Rana y Bimbo con cuatro costales negros de cenizas que fueron a tirar al río de Cocula, Balsas”.

La complicidad que, en la “verdad histórica”, sólo alcanza a los policías municipal se consuma cuando, a decir del Cepillo, ocho patrullas llegaron a Lomas del Coyote, para entregar entre 38 y 41 detenidos, estudiantes, que fueron subidos a la camioneta de tres y media toneladas antes de ser incinerados. No hay referencia a participación del Ejército, como sí sugiera la versión del organismo a cargo de la indagatoria en este gobierno.      

@axelchl

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Áxel Chávez

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